Uno de los temas más complejos de esta sociedad es el del respeto, el de la importancia que le da la gente no al respeto frente a alguien mayor o al respeto que nosotros entendemos por educación, sino al respeto como estatus social. La sociedad nigeriana vive sumida en una escala de diferencias entre personas realmente terrible. Y se podría decir que básicamente la escala se basa en el dinero.
El dinero lo es todo en este país. Incluso más que las apariencias aunque estas no se quedan cortas.
Hablando con los compañeros nigerianos pude averiguar la terrible realidad laboral económica de la mayoría de los trabajadores del país. Sobra decir que no tienen nada parecido a una seguridad social, y por extensión ni han oído hablar de sanidad pública, pensiones ni nada por el estilo. El problema al que me refiero hace referencia con las diferencias abismales de sueldo y a la carga de diferencias sociales que ello acarrea. La gente humilde con trabajos humildes puede tener sueldos auténticamente miserables, y aun más miserables si viven en una ciudad pequeña o rural. Estamos hablando de que alguien limpiando ,o sirviendo, o cargando maletas en un aeropuerto puede ganar de 35 a 50 euros al mes, o incluso mucho menos en según que lugares. Eso no sería algo realmente terrible de por sí, si no fuera porque Nigeria es uno de los países con mas cantidad super multimillonarios del mundo. Aunque no solo con esta gente hay diferencia.
Intenté explicarles que en Europa, la diferencia de sueldo entre el que se encarga de barrer las calles y el que, por ejemplo, da clases en la universidad, pude ser, a modo de ejemplo tal vez el triple o el cuádruple, de uno a otro. Aquí, las diferencias son simplemente inconcebibles. No hablamos de tres o cuatro veces un sueldo minimo, hablamos de miles de veces. De decenas de miles de veces.
Para que os hagáis a la idea, el otro día calculamos entre algunos de los que estamos aquí y descubrimos con cierta tristeza que Hamisu, el chico que limpia las habitaciones en el hotel en el que vivimos, gana en doce años, lo que nosotros ganamos en un mes. Y eso es inaceptable. Una diferencia así, no es concebible en cualquier país “civilizado”. Es precisamente esa diferencia la que a algunos les cree hacer ganar el famosos “respeto”. Por la situación en la que me toca vivir, puedo ver el comportamiento de los pilotos locales, y puedo ver el “estatus” al que esta sociedad los coloca y personalmente me parece triste. Un piloto en Nigeria es el rey. Se cree el rey. Con un sueldo de piloto, un nigeriano puede tener una gran casa, con los empleados que quiera, incluso coche con chofer y en fin, un tren de vida impensable para un piloto occidental. Por supuesto se debe al precio de las cosas y sobre todo de las “personas” (servicio etc) en proporción a sus sueldos. Y ese estatus se convierte en su tan querido “respeto”.
Me comentaba Dilli, otro amigo copiloto nigeriano que empieza, que una de las formas de “infundir respeto” es a través del coche que tienes. Me puso como ejemplo algo curioso, mientras me lo explicaba pasábamos por delante de una base militar donde había un soldadito en la entrada. Me dijo que con solo llevar un buen coche, si intentásemos entrar en la base, el soldado nos saludaría inmediatamente y nos dejaría pasar entendiendo que si vas en ese coche es que necesariamente eres alguien importante y por tanto puedes entrar en la base. Me chocó mucho la expresión que utilizó, dijo que aquí tienes que “command respect”, es decir como infundir respeto, ordenarlo. Si tienes dinero, si tienes un cargo, te tiene que respetar, y tratarte como un rey, porque si. Da igual que seas un patán, tienes dinero y te han de respetar y si no te gusta en nivel de respeto la mejor forma de infundirlo es gritando a la gente y metiendo broncas. Command respect.
Cuando llegué mis compañeros españoles me advirtieron de que probablemente sería testigo de repetidas broncas innecesarias por parte de jefes, a subordinados, estando yo presente. Poco tardé en verlo. Nada más llegar a la oficina de la compañía, fui testigo de cómo el director de operaciones soltaba una gran bronca totalmente innecesaria a un subordinado delante de mí, mientras de reojillo miraba para ver qué cara ponía. Patético, suerte que estaba sobre aviso. Esa misma situación la he vivido ya en bastantes ocasiones, muchas de ellas comandantes gritando repetidamente a todo el personal de tierra, incluso auxiliares, por motivos que todavía no logro entender. Aquí casi todos funcionan a gritos, aunque no haga falta. Para ellos siempre hay que “command respect”, y tal vez por eso se pasan la vida gritándose unos a otros.
Es así como las cosas funcionan, y veo difícil que cambien sus costumbres al menos en un buen puñado de generaciones.
El dinero lo es todo en este país. Incluso más que las apariencias aunque estas no se quedan cortas.
Hablando con los compañeros nigerianos pude averiguar la terrible realidad laboral económica de la mayoría de los trabajadores del país. Sobra decir que no tienen nada parecido a una seguridad social, y por extensión ni han oído hablar de sanidad pública, pensiones ni nada por el estilo. El problema al que me refiero hace referencia con las diferencias abismales de sueldo y a la carga de diferencias sociales que ello acarrea. La gente humilde con trabajos humildes puede tener sueldos auténticamente miserables, y aun más miserables si viven en una ciudad pequeña o rural. Estamos hablando de que alguien limpiando ,o sirviendo, o cargando maletas en un aeropuerto puede ganar de 35 a 50 euros al mes, o incluso mucho menos en según que lugares. Eso no sería algo realmente terrible de por sí, si no fuera porque Nigeria es uno de los países con mas cantidad super multimillonarios del mundo. Aunque no solo con esta gente hay diferencia.
Intenté explicarles que en Europa, la diferencia de sueldo entre el que se encarga de barrer las calles y el que, por ejemplo, da clases en la universidad, pude ser, a modo de ejemplo tal vez el triple o el cuádruple, de uno a otro. Aquí, las diferencias son simplemente inconcebibles. No hablamos de tres o cuatro veces un sueldo minimo, hablamos de miles de veces. De decenas de miles de veces.
Para que os hagáis a la idea, el otro día calculamos entre algunos de los que estamos aquí y descubrimos con cierta tristeza que Hamisu, el chico que limpia las habitaciones en el hotel en el que vivimos, gana en doce años, lo que nosotros ganamos en un mes. Y eso es inaceptable. Una diferencia así, no es concebible en cualquier país “civilizado”. Es precisamente esa diferencia la que a algunos les cree hacer ganar el famosos “respeto”. Por la situación en la que me toca vivir, puedo ver el comportamiento de los pilotos locales, y puedo ver el “estatus” al que esta sociedad los coloca y personalmente me parece triste. Un piloto en Nigeria es el rey. Se cree el rey. Con un sueldo de piloto, un nigeriano puede tener una gran casa, con los empleados que quiera, incluso coche con chofer y en fin, un tren de vida impensable para un piloto occidental. Por supuesto se debe al precio de las cosas y sobre todo de las “personas” (servicio etc) en proporción a sus sueldos. Y ese estatus se convierte en su tan querido “respeto”.
Me comentaba Dilli, otro amigo copiloto nigeriano que empieza, que una de las formas de “infundir respeto” es a través del coche que tienes. Me puso como ejemplo algo curioso, mientras me lo explicaba pasábamos por delante de una base militar donde había un soldadito en la entrada. Me dijo que con solo llevar un buen coche, si intentásemos entrar en la base, el soldado nos saludaría inmediatamente y nos dejaría pasar entendiendo que si vas en ese coche es que necesariamente eres alguien importante y por tanto puedes entrar en la base. Me chocó mucho la expresión que utilizó, dijo que aquí tienes que “command respect”, es decir como infundir respeto, ordenarlo. Si tienes dinero, si tienes un cargo, te tiene que respetar, y tratarte como un rey, porque si. Da igual que seas un patán, tienes dinero y te han de respetar y si no te gusta en nivel de respeto la mejor forma de infundirlo es gritando a la gente y metiendo broncas. Command respect.
Cuando llegué mis compañeros españoles me advirtieron de que probablemente sería testigo de repetidas broncas innecesarias por parte de jefes, a subordinados, estando yo presente. Poco tardé en verlo. Nada más llegar a la oficina de la compañía, fui testigo de cómo el director de operaciones soltaba una gran bronca totalmente innecesaria a un subordinado delante de mí, mientras de reojillo miraba para ver qué cara ponía. Patético, suerte que estaba sobre aviso. Esa misma situación la he vivido ya en bastantes ocasiones, muchas de ellas comandantes gritando repetidamente a todo el personal de tierra, incluso auxiliares, por motivos que todavía no logro entender. Aquí casi todos funcionan a gritos, aunque no haga falta. Para ellos siempre hay que “command respect”, y tal vez por eso se pasan la vida gritándose unos a otros.
Es así como las cosas funcionan, y veo difícil que cambien sus costumbres al menos en un buen puñado de generaciones.