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Dos dias para recordar/olvidar.




Dia 1 : Practicando deportes de riesgo en Nigeria : el TCAS Xtreme.

Pues si, este es un post técnico/sarcástico donde quiero narrar algo que me ha ocurrido hoy en los cielos nigerianos y que difícilmente me podrá volver a ocurrir en mi vida entera. Bueno… mientras siga aquí cruzo los dedos!
Para que los no iniciados os hagáis una idea, el TCAS (Traffic Collision Avoidance System) es un sistema con el que están equipados todos los aviones de pasajeros mediante el cual se evita el riesgo de una colisión en vuelo, mediante la comunicación electrónica entre los dos aviones en conflicto, generando una resolución diferente para cada uno de los tráficos, es decir, si voy de cara contra otro avión, mi sistema me dira “sube! sube!” y al otro le dira “baja!baja!”, básicamente. Así se evita una posible colisión con una efectividad de prácticamente el 100% si ambos pilotos respetan la resolución que les da el TCAS.
Pues total, que andaba yo despegando de Lagos esta tarde cuando nos han autorizado a despegar, volando primero hacia el mar y luego dando media vuelta hacia el VOR de Lagos. En dicha salida, ocurre que debes subir suficientemente rápido para evitar los aviones que vienen de cara para aterrizar, sin embargo hoy ha habido un poco de descoordinación, que sumada al caos absoluto que ya es de por si el trafico aéreo en este país, pues suman un coctel de posibilidades lamentable.
Pues como decía, nos encontrábamos en pleno ascenso , a unos 10.000ft y subiendo cuando hemos visto en el TCAS varios aviones muy juntos en aproximación. Enseguida hemos visto que algo iba mal por que uno de ellos empezaba a ser trafico para nosotros. Efectivamente a los pocos segundos nos ha saltado la resolución “TCAS DESCENT!!!” y como ese era mi vuelo, pues he hecho lo que hay que hacer en estas situaciones y para lo que nos han entrenado, desconectar el piloto automático y bajar siguiendo las indicaciones de mi PFD (Primary Flight Display). El tráfico estaba realmente cerca enfrente de nosotros y mientras yo bajaba rápidamente hemos visto que el de frente no solo subia sino que se tenia que abrirse rápidamente hacia un lado para evitarnos. Estaba realmente cerca. Hasta aquí la historia podría parecer la de una resolución de TCAS como las que puedan ocurrir (con menos frecuencia) en cualquier país civilizado del mundo. Pero esto es Nigeria, mai frend. Menuda sorpresa gigantesca nos hemos llevado el comandante y yo al mirar hacia fuera, hemos visto que al bajar rápidamente el morro del avión siguiendo la resolución….teniamos OTRO avión de cara justo debajo de nosotros igualmente cerquísima!!! Absolutamente increíble. Nos encontrábamos en medio de un conflicto muy cercano entre tres aviones, uno 500 pies por encima rompiendo a su izquierda, otro 500 por debajo que después de nuestro inicio de descenso era aun menos de 500. He tenido que parar rápidamente el descenso y pasar entre los dos aviones mientras ninguno de los dos dábamos crédito a que algo asi puediese llegar a ocurrir. Es incluso posible vista la proximidad de los otros dos aviones que incluso entre ellos estuviesen también teniendo una resolución, por lo que os podeis imaginar el escenario realmente complejo en el que nos hemos visto metidos gracias al fantástico y maravilloso control aéreo, made in Nigeria. Nunca pensé que en mi vida pudiese tener una conflicto con tres aviones simultáneamente teniendo que reaccionar visualmente ante la situación ante la errónea solución de nuestro TCAS al mandarnos directos al tráfico que teníamos debajo.
Solo doy gracias a dios de que esto nos haya ocurrido de día con los tráficos a la vista. Si hubiese ocurrido de noche, podría haber sido fatal. Un día para olvidar/recordar.



Dia 2: Las Megatormentas en Nigeria. Bienvenidos a la “rainy season”.

Nigeria es un país situado muy cerca del ecuador, por lo tanto poseedora de un clima bastante diferente al nuestro. La temperatura es bastante constante durante todo el año siendo siempre verano, básicamente. Dentro de Nigeria (que viene a ser del tamaño de Francia) hay zonas selváticas y zonas mas secas, a las que llamo “el desierto” aunque realmente no es un desierto. La mayor parte del país es de un verde tropical exuberante, con extensiones de selva realmente espectaculares. Una de las cosas que más me llamó la atención fue sobrevolar bosques de palmeras. Algo ciertamente curioso para alguien cuyas referencias a las palmeras van poco más allá de un par de paseos marítimos y cuatro rondas.

En fin, que para mantener toda esa “verdura” se necesita agua y mucha. Y la tienen, pero toda de golpe. Se llama la “rainy season” o época de lluvias y va desde junio a septiembre aproximadamente. Dicha temporada se caracteriza por inundar el país con INMENSAS tormentas día tras día. Y mira tú por dónde que ni a los aviones ni a los pilotos les gustan las tormentas, fíjate que caprichosos! Para quien no lo sepa, los aviones van equipados con un radar meteorológico muy preciso gracias al cual podemos saber exactamente donde están las tormentas y cual es la intensidad en cada zona de ésta. Digamos que hay zonas verdes, zonas amarillas, zonas rojas y zonas magentas. Zona verde es agua, turbulencia, molestia, zona magenta es muerte. Básicamente. Por Europa especialmente por el mediterráneo es habitual volar esquivando tormentas sobretodo en verano, sin embargo lo que hay aquí supera con creces lo que los pilotos europeos están acostumbrados a ver. Volar aquí es un reto, que si no controlas bien, puede tirarte al suelo en un plis plas.

Así pues Nigeria es una gran escuela meteorológica para pilotos. A diario tenemos que afrontar situaciones complejas o muy complejas y como ocurrió el pasado jueves, realmente MUY difíciles y arriesgadas. Si tengo que sacar algo positivo de esta experiencia, aprender a volar en condiciones extremas seria una de las lecciones más importantes a aprender.
Esa noche teníamos la ruta Lagos-Kano, es decir de sur a norte del país. Las dos ciudades más grandes del país. En medio de estas dos ciudades se encuentran otras dos ciudades importantes cuyos aeropuertos son considerados “alternativos”, es decir, si la cosa se pone fea siempre puedes ir a uno de esos dos, estando ambos a medio camino más o menos.
Ese día por suerte volaba con Miquel, mi “hermano mayor”, aquí en Nigeria, un comandante/persona humana excepcional, gracias a él he podido volver a volar y tengo aquí un apoyo enorme. Pues gracias a dios fue con él con quien me tocó volar. Salimos de Lagos hacia el norte y enseguida llegamos a la distancia que alcanza nuestro radar y pudimos ver que Abuja (la capital del país, de hecho), estaba con tormenta, escuchamos el ATIS (partes meteorológicos via radio) del aeropuerto y la cosa pintaba fea. Pero la cosa pintó peor cuando seguimos subiendo y apareció Kaduna en nuestro radar, igualmente rodeada de tormentas, y Kaduna era nuestro segundo aeropuerto alternativo. El recopetín llegó cuando apareció en nuestro radar Kano, nuestro destino, con una tormenta encima, el cuádruple de las que cubrían las otras dos ciudades, algo monstruoso para los estándares europeos. Aquí las tormentas grandes son MUY GRANDES.

En un intento de averiguar más sobre la situación a pie de pista llamaos a la torre de Kano en busca de más información meteorológica, y lo que oímos fue peor de lo que pensábamos. En esos momentos la tormenta estaba justo encima, y el viento era nada menos que de 50 nudos, es decir de algo más de 90km/h! en fin, un auténtico huracán. He aquí cuando la experiencia de un buen comandante sale a la luz, y gracias a dios Miquel es de los mejores y lleva ya casi un año y medio por estas tierras. La situación era la siguiente, nuestro destino era el infierno, nuestros dos alternativos, eran magenta (recuerda, magenta=muerte). Así pues Miquel propuso lo siguiente : sigamos hacia el norte y la tormenta de Kano pasará. Mientras íbamos subiendo, fuimos pidiendo el viento y el estado de la pista cada cinco o diez minutos y efectivamente, como él había predicho, cada vez que preguntábamos hacia menos y menos viento. La tormenta estaba pasando, podríamos tener un hueco para entrar. Esa decisión solo puede tomara la experiencia, y Miquel la tiene.

Mientras dejábamos atrás nuestros dos alternativos, veíamos como la super tormenta de Kano empezaba a moverse y a dejar la pista libre de su influencia inmediata. Lo malo ahora era una tormenta menor que aparecía… por el otro extremo de la pista. Merda.
Cuando llegamos a la zona, la visión de la tormenta principal era escalofriante. Jamás había visto algo así y tormentas he visto muchas como todo el mundo, y como todos los pilotos. La actividad eléctrica era simplemente impresionante, a no menos de un rayo por segundo, con un tamaño enorme y muy muy mala pinta. Volar con tormentas así de día es complicado, volar de noche, es…. mucho peor. No solo debes fiarte del radar, sino que debes mirar fuera, y cuando ves rayos delante a un lado y a otro, realmente piensas… “glups”. Por suerte el avión es lo que se llama una “jaula de Faraday” por lo que el impacto de un rayo no debería producir ningún efecto…..en teoría. En la práctica son muchos los aviones que han perdido instrumentos después de un impacto con un rayo, así que dada nuestra situación, muy pero que muy compleja y nocturna, sería realmente molesto.
Siguiendo el consejo de Miquel (por que ese vuelo lo hacia yo, precisamente), decidimos quedarnos muy altos a la espera de encontrar un hueco donde pudiésemos bajar sin peligro y a continuación tirarnos a la pista. Si algo hace bien este avión, es bajar. Y así lo hicimos, nos mantuvimos a nivel 230 (23.000 pies) rodeando la tormenta. Aquí no hay trafico por suerte y apenas tienen radar en el norte por lo que eso nos daba cierta libertad a la hora de luchar contra esta situación. La falta de montañas también era un punto a nuestro favor. Así pues nos encontrábamos bordeando la tormenta grande y viendo el campo justo por debajo a nuestra izquierda, con el impedimento de que la nueva tormenta se acercaba por la otra cabecera. La pista estaba libre de tormentas pero no podíamos realizar ninguna aproximación a ninguna de las dos pistas pues en cada lado había una tormenta. Así que tuvimos que hacer una maniobra bastante fuera de lo común. Estando paralelos a la pista, nos lanzamos directos a la pista intentando perder altura lo más rápidamente posible, aunque con un factor limitante, que es la velocidad de turbulencia, pues nos vimos obligados a mantenerla por si teníamos que pinchar la tormenta en algún momento. Llegamos a la cabecera de la pista totalmente perpendiculares y altos, por lo que apoyándonos por un lado en el radar meteorológico y por otro en nuestra malla de terreno, hicimos un viraje de 270 grados por la izquierda para poder ponernos en rumbo de pista sin entrar en la tormenta. Sin embargo nos fue inevitable pincharla durante el viraje pues ésta estaba todavía demasiado cerca. Durante el tiempo que dura el viraje, a baja altura dentro de la tormenta creo que tanto Miquel como yo pasamos un mal rato. Dentro de la tormenta era un rayo tras otro, y aunque estábamos preparados para un impacto, este no llegó a ocurrir. Gracias a dios al finalizar el viraje y tomar rumbo de pista, apareció ante nosotros el aeropuerto de Kano con sus luces de pista super débiles, sus luces de aproximación con la mitad de luces fundidas, y con las luces del PAPI totalmente descalibradas dándonos la bienvenida. Tomé lo más rápido que pude en medio de la lluvia y salimos por la primera salida.
Creo que tanto Miquel como yo, sentimos un gran alivio al apagar los motores sanos y a salvo en el parking del aeropuerto.

Sin duda un día para olvidar, por lo peligroso y complejo de la situación, por lo extremo de las condiciones en todos los alternativos, pero un día para recordar lo aprendido, para recordar cómo se afrontan situaciones complejas ahí arriba, para tomar nota de cómo se toman las decisiones más difíciles. Un día, por qué no, para recordar también la gran belleza de la una de las fuerzas más monstruosas de la naturaleza, como son las tormentas.



 
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