"Te estás poniendo rosa".

En apenas dos días termino este segundo periplo por tierras africanas. Sin duda esta vez ha pasado mucho más rápido, sabía lo que me esperaba aunque saber lo que te espera no te exime del hecho de que cada día te espere una nueva. Y nunca sabes por dónde te va a llegar.

Volar aquí se ha convertido en algo muy complicado, con demasiados factores en contra. La temporada de lluvias todavía no ha terminado, y es una lucha diaria muy compleja. Estamos en el ecuador del planeta y las tormentas como ya comenté tienden a ser bastante brutales, lo cual hace que tu trabajo se complique y mucho. A ese factor le sumamos el hecho de que lo normal aquí es hacer entre 5 y 7 vuelos diarios, con actividades de 15 horas, con descansos mínimos (los cuales a menudo ni se cumplen), con aviones con un mantenimiento malo, y con un control de tráfico aéreo absolutamente inútil. A eso le sumamos una compañía cuyo único objetivo es hacer más y más dinero, a base de apretar por todas partes, y tenemos un coctel que en un futuro no muy lejano puede ser peligroso, motivo por el cual estoy intentando salir de aquí cuanto antes. No es ningún secreto aquí, prácticamente todos los españoles que han pasado por aquí han optado por largarse a la primera oportunidad.

Pero aguantaremos, mientras sólo haya esto.

Pero la vida sigue en Nigeria.

Volar a Kaduna, me ha hecho reflexionar todavía más, me ha hecho recordar un poco lo que no quiero olvidar cuando me vaya. La pobreza en esta ciudad es mayúscula y el estado de la ciudad en si es terrible. Así como en Lagos, la ciudad del caos, los 20 millones de habitantes se mueven frenéticamente por una ciudad con viejos edificios cascados, calles desgastadas y tráfico insufrible, la visión en Kaduna es peor. En el trayecto de 45 minutos que tenemos del aeropuerto al hotel, recorremos las calles de la ciudad, entre tormenta y tormenta. En Kaduna la mayoría de edificios no son edificios, son auténticas chabolas, hechas con lo que se puede. Tal vez alguna pared, trozos de madera, uralita... lo que haya, por supuesto basura por todas partes, cloacas abiertas etc.. Una densa población sin trabajo y sin nada que hacer llena las calles de la ciudad allí donde mires.



Pero no imaginéis chabolas sueltas, imaginad calles kilométricas donde en lugar de edificios hay una mezcla de chabolas y medios edificios, donde no hay aceras sino tierra repleta de charcos y basura donde la gente se amontona vendiendo lo que puede. Miles de paradas montadas con dos cajas y poco más le dan vida a la ciudad. Hogueras con pollos pinchados, o sitios donde reparar las motos chinas, o los generadores, paradas de fruta, de zapatos, de lo que sea. La estampa de noche es triste, pues no hay luz en las calles de Nigeria, así que imaginad cada paradita iluminada por una pequeña bombilla, a pilas o con suerte con generador, con el omnipresente suelo de tierra lleno de charcos y barro, mires donde mires.

En uno de las principales confluencias de la ciudad el caos es impresionante. Aquí si hay luz y en a cada palmo de acera hay una persona intentando ganarse la vida. Se me encoge el corazón cuando veo a niños de 8 o 9 años corriendo entre el tráfico intentando vender lo que sea, trapos, toallas, pan, agua, lo que sea. Es injusto.



Por si todo eso no me hiciese sentir mal, intento ser consciente de que desde fuera soy el tío más afortunado del mundo. En medio del barro, de la lluvia y de la multitud, nuestra furgoneta limpia, con un gran letrero de CREW, se abre paso. La gente mira con curiosidad dentro. Porque dentro hay otro universo infinitamente mejor que el suyo. Un blanco!! y piloto!! Me siento mal. Pasamos al lado de dos guardias de tráfico con guantes blancos, que al verme se me cuadran... trágame tierra, juro que no volveré a quejarme de mi vida. Son esos los momentos por los que vale la pena estar aquí. Cuando la realidad te enseña a valorar que a pesar de estar a miles de kilómetros de casa, volando en una compañía que roza lo peligroso. Que a pesar de casi no ver a mis seres queridos o de no poder dormir, de vivir al borde de un ataque de nervios...soy un tipo afortunado. Corrijo, somos un país afortunado, un continente afortunado, vivimos como reyes en Europa, y sin darnos cuenta ocupamos nuestro tiempo en protestar sobre lo mal que estamos.


En la sombrilla lo pone claro... ese es su mundo. El mundo real.



"Te estás poniendo rosa!" me dice una azafata con cara de sorpresa. "No no, me estoy poniendo rojo, por el calor, nosotros nos ponemos rojos cuando tenemos calor, o cuando nos sube la tensión un poco", ..."pero estas rosa"... cierto, creo que tiene razón, soy más rosa que rojo, nunca lo había pensado.

Miro por la ventana y veo un señor con sombrero de copa, collares tribales y cara de señor importante. En un país de 150 millones de habitantes, la inmensa mayoría pobre, solo unos pocos afortunados pueden volar. Para la mayoría volar no es lo habitual así que algunos lucen sus mejores galas. Como el señor del sombrero de copa.




La escala es larga así que saco mi libro y me pongo a leer. Me hago mi propio café "spanish", con agua embotellada y frio y me lo tomo con calma. Veo que el sobrecargo también lee. Intento adivinar y acierto. Es un libro religioso. Siempre que veo a alguien con un libro en la mano me fijo y he llegado a la conclusión de que aquí la gente únicamente lee dos tipos de libros, religiosos y del tipo "como hacerse millonario en 15 minutos". Todavía espero ver a alguien leer una novela o algo diferente.

-Que lees?

-"El señor puede ayudarte". Ya has dejado entrar al señor en tu vida para que te salve?

-Bueno intento salvarme yo solo por ahora pero gracias.

Obasha aparte de ser sobrecargo es pastor, como otros tantos. E intentan llevarte a su rebaño. Aquí todo el mundo cree en algo. En Dios o en Alá, (en el dinero especialmente) todo el mundo es super religioso. Lo cual me choca y mucho. Se pasan el día rezando y predicando, para luego ser la gente más mala que he visto. Como ya dije, la mayoría intenta siempre engañarte, tomarte el pelo, y si pueden timarte por poco que sea mejor. A todos los niveles. Te engañan con el número de pasajeros, te engañan cuando te dicen que ya no hay más, te engañan con la carga que dicen que llevas por que se sacan una comisión si te meten más. Te engañan cuando te dicen mañana te pago. Que no tienes cambio? por favor... Te engañan en la oficina de cambio, te engañan en el restaurante. Te engañan con todo lo que pueden. Bueno… lo intentan.Pero eso sí, van a misa, son fervientes devotos, y leen libros sobre como salvarte ayudando a los demás. En mi paísa eso lo llamamos hipocresía. Señor taxista lléveme a Victoria Island. Son 30 euros. Mandeee? si si, lo que oyes. Que te han cobrado 30 euros??? claro, como eres blanco. Pues sabes una cosa, si en mi país un negro sube a un taxi y le cobran el triple por ser negro, nosotros lo llamamos racismo. Pero claro, ellos son los más listos en todo. Así les va.

La visión de las ciudades desde mi ventanilla a 30 mil pies es totalmente diferente. Lo que ves no son las calles, son las luces de los coches. Las ciudades no brillan como en Europa, aquí son un pequeño resplandor, un enjambre de pequeñas luces alimentadas por pequeños generadores. Miles de viejos coches de segunda mano traídos de Europa te permiten intuir por donde van las calles, o donde está la ciudad.

África no brilla desde el cielo.

África no brilla.





5 comentarios:

Pedro dijo...

Lo malo no es que sean rematadamente pobres sino que no tiene pinta de que vayan a salir de allí...

MORK dijo...

Exacto, y precisamente eso es lo que me pregunto a menudo, que hace falta para que salgan de ahi? el pais tiene dinero a espuertas en manos de los cuatro que mandan y roban prácticamente el 100% de la riqueza (ah, y les votan, es todo una gran hipocresia).
La única forma de salir de esa forma de vivir es cambiar su forma de ser con el paso de las generaciones, pero cambiar el carácter de un pueblo tan grande como Nigeria es harto complicado. Sin duda sería un estudio muy interesante para un sociólogo. Como girar la tortilla económica en un pais donde la mentalidad les impide avanzar hacia la lógica? Lo dicho, mi conclusión es que habrán de pasar un puñado de generaciones lo malo es que para entonces posiblemente ya no les quede su principal riqueza que es el petróleo.

Pedro dijo...

Estoy ahora leyendo un libro llamado "Colapso" y, por lo que veo, yo diría que Nigeria terminará como Ruanda. Ya tienen 164 hab/km2, si no frenan el crecimiento demográfico (que según leo pasa del 2% anual) e invierten en mejorar la productividad agrícola terminarán matándose entre ellos...

Anónimo dijo...


Se ve que los conoces bien. De lo poco que los conozco yo, saco la conclusión de que tu descripción sobre ellos es exacta.
Lo malo para mi, es que (por ser un sentimental) me veo casado con una Nigeriana y con dos niños pequeños que son lo que más quiero en este mundo. Me doy cuenta ahora de lo que tengo encima, despues de estar intentando insistentemente que ella se adapte a nuestra cultura, nuestra forma de pensar, etc, pero comprobar que es imposible, las cosas empiezan a complicarse debido a ese carácter nigeriano y, lo malo, es que tengo que aguantar hasta la muerte, si es necesario, porque lo que más quiero son mis hijos y tengo que estar ahí para que, poco a poco vayan creciendo, también, con su padre.

Espero tener suerte y que, en su momento, si no se puede evitar, la justicia sea justa.

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Hola, por medio de Twitter conozco a una chica que vive en Lagos y siempre me decía que es un apesadilla vivir ahí, yo le decía que le tenía que encontrar el lado amable al lugar. Luego le pedí que me contara como estaba la situación para darme una idea, si era posible claro, pero dijo que era mucho y que no quiso. Ahora, gracias a tu blog entiendo muchas cosas y veo lo difícil que es vivir ahí. Muchas gracias por contarnos tus exoeriencias, es muy interesante y muy buena suerte.

 
Copyright © "Memorias de África"